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Productividad en Chile, lo que políticos prefieren callar — Andrés Barrientos

La productividad en Chile es una temática de gran relevancia, que explica en cierta medida el estancamiento del país en los últimos años, tanto en incremento de salarios reales, así como también en el bajo nivel de aumento de la productividad (OCDE, 2018). Algunos de las alertas levantadas por la OCDE se refieren a la falta de sistemas de formación de alta calidad y también flexibilidad laboral, que termina repercutiendo en brechas salariales importantes entre hombres y mujeres. 

Desde el punto de vista de la construcción, que representa el 7 % del PIB, la Comisión Nacional de Productividad (CNP) elaboró un informe sobre la situación del sector, publicado en el año 2020. En él destacan diversas materias del diagnóstico, que permiten ver en perspectiva sus nudos críticos. Por ejemplo, se detectó que la productividad de la construcción en Chile es dos veces inferior que el promedio de los referentes OCDE y dicha brecha ha ido aumentando en el tiempo, así como también se detectó que es menor la productividad de la construcción que otros sectores de la economía y también existen brechas importantes con respecto a la productividad entre empresas grandes, medianas y pequeñas (CNP, 2020). Según estimaciones dadas por CNP y Matrix Consulting, cerrar las brechas detectadas aportaría cerca de US$ 13 mil millones.

Los sobrecostos que tienen los proyectos, un 50 % de ellos, difieren del 10 % del comparativo OCDE, eso se debe en gran medida a la falta de integración de los proyectos en la etapa temprana de diseño, que termina subestimando costos de los proyectos o eventualmente sobre estimándolos, trayendo consigo un problema para el desarrollo de la gestión de infraestructura pública del país.

Para avanzar y mejorar los aspectos de la productividad en la construcción, es necesario tomar en consideración los hallazgos detectados en el informe CNP-Matrix porque develan que en gran medida Chile tiene problemas en etapa de diseño de proyectos y así también en integración de estos en sus distintas fases. En primer lugar, se propone un proceso de evaluación, titulado value-for-money (CNP, 2020), en etapas tempranas de los proyectos de infraestructura, para mejorar la transparencia y el análisis objetivo, con este tipo de mecanismos se puede determinar si un proyecto determinado es probable de ser concesionado o llevado a cabo mediante otro mecanismo, pero que tenga una relación vinculante. 

En segundo lugar, es de suma relevancia capacitar a los formuladores de proyectos e iniciativas de inversión (CNP, 2020) tanto en los municipios del país, así como también a los gobiernos regionales. Creación de una certificación conjunto entre el Estado y las universidades. 

Finalmente, Chile hoy en día posee un 27% de impuesto corporativo, que además sitúa a nuestro país como uno de los sistemas tributarios menos competitivos de los países de la OCDE, solo superando a Italia, según el informe de competitividad tributaria de la Tax Foundation. Es por ello, como tercera propuesta se propone avanzar en la reducción de la tasa corporativa a un 20 %, con el objeto de incentivar mayor competencia e ingreso de nuevos actores tanto en la construcción, así como otros sectores o agentes económicos incentivando la formalización y doblegar la mano a la demagogia que está hundiendo al país.