Las palabras de Camilo Escalona — Ernesto Medalla
Hace años, el profesor y filósofo, Víctor Farías indicaba en su obra “Santa María de Iquique: La realidad de un Mito” la existencia de un fantasma que recorre a la izquierda chilena desde sus orígenes: el fracaso. Fundamentalmente porque en “la magnificación de sus naufragios nunca se confesó a sí misma la utilización improvisada de cientos de miles de seres humanos, lo que condujo a un desamparo social que una mínima cultura ideológica habría evitado o al menos puesto en evidencia” (Ed. Maye, 2008).
Entendiendo estas dinámicas, hay documentos que entrelazan la historia y la contingencia política. Este es el caso de Camilo Escalona y sus palabras para mantener moral en los socialistas. Pese a no ser un personaje de la devoción de muchos, este ex timonel del socialismo expresó unas palabras muy sinceras (nos lo evidencia el silencio que rodea el audio que fue filtrado).
Respecto a la alianza PC-FA. Al expresar “que el socialismo chileno se levantó luchando por su autonomía (…) fue por tener la capacidad de tener su propio proyecto y de ahí llegaron a un entendimiento con los comunistas”, nos permite comprender que no tienen interés muchos “viejos socialistas” de ser sometidos por este partido. Su referencia a la Unidad Popular, donde fueron gobierno, les recuerda a todos los militantes que fue posible porque Salvador Allende era del PS y tenía la madurez política para dirigir un conglomerado de izquierdas. Esto nos hace preguntarnos (¿Existe esa coherencia actualmente)? ¿Están dispuestos a abandonar el centro para aliarse con una izquierda más radical? Al recordarnos el periodo de los frentes populares (Francia-España-Chile) nos trae a la mente sus resultados variopintos y desastrosos. El partido Socialista ¿Tendrá la capacidad de coordinar y liderar a los nuevos partidos e independientes que están más a la izquierda y quieren rehacer todo el país? ¿La lista del pueblo les permitirá convertirse en los protagonistas del nuevo periodo político? Esta pregunta se dilucidará cuando los constituyentes estén sesionando en el Palacio Pereira y se conformen los distintos grupos parlamentarios y reglamento de sala.
Volviendo al PS, la crítica es directa al potencial peligro de sometimiento al partido Comunista (que es nuevo partido de centro y bisagra frente a los insurreccionales en la Constituyente, tal como ocurre en política universitaria), entregándonos un dato no menos interesante al expresarnos que “Ramón Sepúlveda Leal, secretario general PC por muchos años, fue fundador de nuestro partido el 19/04/1933: porque rechazó el estalinismo, burocratización y autoritarismo del movimiento comunista”.
Respecto al centro político, nos expresa que la DC es el partido que tiene más votos y no puede desecharse por la debacle electoral de la constituyente, se debe recomponer. Al referirse que la DC nos indica que tiene “una cultura política que en Chile es la mayoritaria,”. Nos confirma que a muchos socialistas de viejo cuño no les interesa el comunismo como práctica política, sino el detentar el poder ya que “tiene 700 mil votos, con una corriente histórica que en nuestro país tiene redes populares muy profundas” y nos expresa claramente que lo relevante en la subsistencia política es la voluntad de poder, y que se debe “trabajar con el conjunto de las fuerzas que se tienen agrupar para ganar el poder. Y una franja tan amplia de la sociedad chilena, es un error garrafal si se subvalora”.
Estando cercanos al establecimiento de los constituyentes donde 34 constituyentes llaman a no subordinarse a la convención constitucional y hacer efectiva la autonomía, tiene que llevar a la antigua izquierda concertacionista a meditar profundamente, a valorar lo que construyeron en 30 años de democracia y que reniegan en algunos casos por mero oportunismo.
Camilo, ya lo hizo y sabe lo riesgos de que su partido pase a la intrascendencia.