Estado, derecho y libertad
La existencia de derechos y obligaciones, asignados a las personas es sin duda, uno de los ejes alrededor de los cuales se estructura la relación entre el individuo y el estado. La existencia de estos derechos otorga legitimidad, habitualmente al Estado, a realizar determinadas acciones destinadas a darle protección a las personas invadiendo muchas veces, terrenos propios de la libertad individual en aras de este derecho.
El entregar al Estado el salvaguardar determinados derechos, constituye una renuncia del individuo a su propia autonomía. Ello está habitualmente asociado a determinadas definiciones que dan sentido a esta irrupción del Estado.
Los años de dirigismo estatista en Chile, esencialmente hasta el año 1973, son una clara prueba de ello. Estatismo ejemplificado en la fijación de precios, en la estructuración de monopolios productivos estatales, en salud otorgada “para todos”, en estatizaciones de tierras agrícolas y tantos otros, que terminaron por destruir la capacidad productiva y de decisión de los chilenos, amparado todo en teorías igualitaristas, en la cuales el estado se transformaba en el paradigma de estas políticas.
Esta concepción se entronizó en la sociedad de tal forma, que incluso los planes de impulsar la Subsidiariedad del Estado tuvieron siempre un acápite destinados a preservar el dirigismo estatal. Hoy, las ideas totalitarias estatistas, vuelven a recuperar toda su fuerza, y el estado subsidiario vuelve a retroceder.
La búsqueda de la libertad personal significa, entre otras cosas, desligarse de aquel que quiere pensar por todos nosotros, que quiere decidir por nosotros, que nos quiere imponer un modo de pensar y que nos quiere casi fabricar un proyecto de vida.
El plantear la defensa de nuestra visión del mundo, en el día de hoy, es un imperativo al cual no podemos renunciar.
Gustavo Roll Stiepovic
Asesor Políticas Públicas de Salud
Fundación Ciudadano Austral